PUENTE Fondo Nacional de las Artes

El proyecto Puente, declarado de Interés cultural por la provincia de Entre Ríos mediante la Res. 224/20 SCG, reúne el trabajo de seis artistas entrerrianos de diferentesgeneraciones: Carlos Asiain, Mildred Burton y Gloria Montoya y, Julia Carolina Acosta, Federico Lanzi y Lucas Mercado. Algunos de ellos se formaron y trabajaron juntos, otros no llegaron a conocerse. Sus prácticas varían en formatos, ideas, referencias y materialidades. Su punto en común es el contexto. Asiain (1939-2018), Burton (1942-2008) y Montoya (1935-1996) pertenecen a una generación que participó activamente desde fines desde los años 1950 y principios de 1960 Asiain y Montoya formaron junto a Felipe Aldama y Gerardo Zapata el Grupo 633. Burton luego de formarse en Paraná se traslada a Buenos Aires consolidando en ese nuevo contexto su carrera a nivel nacional e internacional. Son artistas que abrieron camino y continúan como referentes de las generaciones actuales. Acosta (1971), Lanzi (1979) y Mercado (1980) se formaron y trabajaron juntos en la ciudad de Paraná. A comienzos del 2002 crearon junto a otros artistas el grupo Parientes. Desde este colectivo llevaron a cabo actividades, performances, clínicas de obra, seminarios, talleres y muestras que dieron lugar al diálogo, exhibición e intercambio de pensamientos entre artistas de diferentes regiones y lugares del país. La vorágine de actividades que producían casi en secreto, eran develadas sólo ante los ojos de espectadores atentos de la escena artística de la ciudad. El trabajo de estos artistas fue creciendo y se establecieron como referentes de las nuevas generaciones. Esta muestra se propone un diálogo entre artistas visuales que rompieron con los esquemas y formatos de su tiempo. Es una muestra se propone un recorrido intergeneracional desde la mirada de seis artistas con el interés de mostrarlos a nivel nacional e internacional.

EL DESTINO DE LAS IMÁGENES
La Portland

La Portland se complace en anunciar la inauguración de la muestra Trópico canguro.
Artistas Gonzalo Fuenmayor, Federico Roldán Vukonich y Victoria Ruíz Díaz. Curador Santiago Villanueva.
día 13 de mayo a las 19hs en La Portland, Av. Estrada 3348
Entrada Libre y gratuita

Sobre el trabajo de Federico: Mi trabajo se compone de esculturas, instalaciones y videos. Por lo general mis propuestas están ligadas a las características del contexto de producción o espacio de exhibición, así también como de la recopilación de estrategias que llevo formateadas y a patrones de movimientos inconscientes enlazados con mi propia biografía.
Me interesa generar zonas donde naturaleza, espiritualidad, familia y amor están en relación. Los espacios y objetos con los que trabajo se configuran sobre una base potencial, donde los espectadores se ven inmersos en un universo propio con raíces que mezclan fantasías con experiencias de vida, atravesadas por lo simbólico, lo poético y el sentido del humor

Sobre el trabajo de victoria: Mi obra se desarrolla en torno al estudio y reflexión de lo natural y el ser, la existencia, la vida como un misterio. Abordando este tema a través del dibujo, explorando materiales como grafito, tintas y carbones.
Generando diálogos entre el ser y lo que lo rodea; utilizando metáforas de lo natural para conectar y graficar estados mentales por los que atravieso, y así como elijo la línea infinita para decir, también me sumerjo por mundos mágicos que me habilitan maneras inagotables de dialogar con mis realidades y deseos más profundos.

Sobre el trabajo de Gonzalo: Gonzalo Fuenmayor cuestiona las ideas de lo que debe ser un artista latinoamericano. Realiza dibujos e instalaciones que abordan persistentemente dos temas principales para él: la hibridez cultural y la identidad transnacional. Preocupada por los efectos de la modernización y el progreso no solo en los entornos naturales, sino sobre todo en la cultura latinoamericana y sus formas de mostrarse internacionalmente a través de estereotipos y lugares comunes. Su objetivo parece no ser exclusivamente denunciar la banalización sino también comprender sus mecanismos estéticos y su poder cultural. En los últimos años produjo dibujos al carbón de gran formato (sobre temas como palmeras, tormentas, interiores reales y muebles), en los que explora símbolos tropicales en un contacto surrealista con una imaginería opulenta y elegante. Su obra suscita respuestas políticas y sensibles, ya que se mantiene firme en la tradición vernácula y artística de la ornamentación, profundamente arraigada en el subcontinente.

Sobre el curador, Santiago: Nació en Azul, Argentina, en 1990.
Es artista y curador. Vive en Buenos Aires.
Es curador de Programas Públicos y Educación del Malba (Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires). Tuvo a su cargo el área de influencia ampliada del Nuevo Museo Energía de Arte Contemporáneo (La Ene-2011-2018) y fue curador del ciclo Bellos Jueves en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires (2014-2015). Entre 2016 y 2017 fue curador pedagógico del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Junto a Fernanda Laguna y Rosario Zorraquín coordinó 2019 Spazio de arte.
Entre algunos de sus libros se encuentran El surrealismo rosa de hoy (Ivan Rosado), Las relaciones mentales. Eduardo Costa (Museo Tamayo), Pintura Montada Primicia. Juan Del Prete (Roldan Moderno), Mariette Lydis (Ivan Rosado).
Fue curador de la exhibición Traidores los días que huyeron, del artista Roberto Jacoby, junto a Fernando Farina en el Museo de Arte Contemporáneo de Rosario, Argentina.
Formó parte del grupo editor de la revista Mancilla. Actualmente es editor de la revista Segunda época.
Es docente en la materia Estudios Curatoriales en la Universidad Nacional de las Artes (Argentina).

Organiza: La portland y fundación 2b non profit,
Acompañan: Gin Mitos, Galería Dot Fifty One

EL DESTINO DE LAS IMÁGENES
La Portland

Cuando conocí la obra de Inés y Francisco, Francisco e Inés, sus universos me mostraron lo invisible de lo visible. Ellos crean allí en el ir y venir, en la recurrencia, mezclando planos de relación, buscando simultaneidad, indagando, recuperando, investigando y presentando el aquí y ahora y sus posibles transformaciones.
Si bien las expresiones de sus trabajos llegan después de un detallado y riguroso hacer no pude más que adentrarme por la imantación que ejerce en mi la infancia, en ese tiempo y sentir que todos estos movimientos son posibles y se manifiestan por el impacto que los dos incorporan desde siempre al momento de llevar adelante su trabajo. La infancia como el lugar posible para experienciar, dudar, hacer, equivocarse y también como el lugar vacío para dejarse impregnar por todos los nuevos registros que el ser explora.
Y hay un lugar en la memoria incandescente de aquella mirada libre, autónoma, abierta al mundo, creando relaciones esenciales con la palabra, reconstruyendo el pacto mágico animista, mostrando como se despierta en ellos ese momento no evidente pero que los constituye como observadores de lo que los rodea y nos invita a seguirlos.
Inés encuentra, en el cuerpo y sus acciones, visiones imprevisibles e inéditas de la realidad deformando los estatutos materiales y la semántica de las estructuras, volviéndose hacia las ideas de espacio, color, movimiento y superficie.
TEXTO CURATORIAL DE INES RAITIERI

UNA BUENA CUMBIA
La Portland

Es viernes por la noche. El viento serpentea por las calles de un pueblo acalorado, arrastrando los sonidos de una cumbia. Las pieles transpiradas se tocan, se encienden y erotizan. Los tachos de luz queman, la música suena, los cuerpos se agitan y el mundo parece otro.

“Una buena cumbia” explora el mundo vibrante de las disidencias sexuales que habita en el corazón de los barrios populares, donde la resistencia es una forma de vida y las pancartas se alzan junto a los abrazos. César y Mantera proponen otro modo de estar juntxs desafiando lo establecido. Una exposición en la que el barrio vibra entre carteles, pinturas y lentejuelas. Ranchamos e invitamos a bailar, a sobrevivir desde nuevas poéticas, a desobedecer y celebrar la vida en todas sus formas.

César propone observar las distancias entre las orillas de un río marrón terroso que inunda de olor a costa toda su obra. Trabaja a partir de los recuerdos y ficciona imágenes que develan los afectos de su infancia y con ellos el mundo de las travestis, los pescadores y los márgenes del río de la ciudad de La Paz. Un espacio donde conviven y contrastan la belleza del entorno con la violencia y la desigualdad. Desde la cosmología Chaná, reconstruye una narrativa sobre la fluvialidad y la memoria del lugar donde creció.

Mantera borra los límites entre lo público y lo privado a partir de una obra de autoría colectiva que habita entre ferias barriales y galerías del país. Trabajan a partir de prácticas de circulación y comercialización de obra en contextos de precarización. Proponen una plataforma expositiva y de consumo popular como un ritual de celebración. Ranchear, tirar la manta e invitar a bailar: una manera de enunciarse y habitar los cuerpos en medio de una sociedad en crisis que niega las existencias.

Esta muestra explora la fiesta como un gesto que trasciende la danza y se convierte en un modo de acción, de buen amor y de aceptación. Un movimiento rebelde y ruidoso. Construyen miradas honestas y proponen otras narrativas de la realidad que cuestionan la voz dominante de la historia. Una red de contención, afecto y cuidado que crea un sentido de pertenencia y comunidad pero, sobre todo, de revolución.

ENTRE LOS DEDOS CON EL AGUA VAS
La Portland

La fragilidad encontró su momento para aparecer, colmada el agua talló por dentro la forma del desborde y extendió sus trazos por toda la casa, líneas quebradas que modelaron la ruptura de lo que segundos antes fue su continente. Como parientes de arcilla derramada, los retratos a lápiz de jarrones sin flores, muestran la forma líquida que Julia persigue. Aunque no sería justo decir que pretende atraparla, pues en su gentileza le da un campo de papel a la huella de una acción invisible y latente, de manos abiertas atesora los movimientos de su obra y la acompaña hasta la última gota.
Lo que se escurre es el tiempo y el amor pero a ella no la paraliza la ruptura, no lamenta las fracturas, las deja ser.

ESE DESTELLO EN EL LUGAR QUE HABITAS
La Portland

Muestra formato feria que propone la obra de artistas como la posición mágica de crear, atravesar y sostener los lugares en nuestra vida, ya sea el hogar, donde trabajamos o compartimos con otrxs.

Para lxs artistas significa aprender a ir agregando pequeños detalles que hagan de ese espacio su espacio. Para lxs coleccionistas es tener acceso a la mirada de lxs artistas, establecer una relación con la obra y circular la economía.

Las obras de esta muestra son piezas para el hogar y para públicos que quieren dar sus primeros pasos en una colección con artistas del lugar.

HORIZONTES FLUVIALES
La Portland

La escala cromatica de al rededor, es
de donde parecen
tomar sus colores, texturas y formas en estas obras.
Pasando por la piel, por los
sentidos, pudiendo imaginar el sonido de los
lugares a los que nos llevan a recorrer estas imagenes, se ve ese horizonte rojo pudoroso que
se apropia de los objetos y provoca un encuentro.

La ironia y la satira no quedan afuera,
(en) la carne se hace presente y pienso
que debe ser un particular
sentimiento rojo el ser de acá, un poco anaranjado,
algo de la sinestesia que con-fluye visualmente en arte visual que nos refleja, buscando conocer-nos.
Sobre el encuentro horizontal del texto y la mirada ocultandose de algo en unos rojos poderosos, como techos y como
lluvia de un lunes que
cae
SOBRE LA CARNE, sobre el rojo, ¿la sangre ? el rojo, el calor, el sudor,
el r o z a r s e LA PIEL

Las gotas que caen
por la temperatura, el verano que se acerca
y refleja en las
paredes…

ese atardecer inquieto al que le robamos los colores, las luces, la saturación.

PROPIAS DIFERENCIAS
La Portland

Propias diferencias tensiona hacia el interior del artista y hacia parte de su intimidad, lo propio, con aquello que lo separa de los demás, lo que lo vuelve posible de discriminación. Pareciera que Gabi Domínguez viene a recordarnos eso desde el título de su nueva obra: discriminar no es un verbo del mal; discriminar significa seleccionar excluyendo, separar algo del resto porque tiene algo que lo vuelve único, maravilloso, sobrenatural. Eso sucede con los humanxs que aparecen en estas obras: se reapropian de un verbo aplicado al trato desigual de las personas y dicen, proclaman a los cuatro vientos en una marcha o en el susurro de la intimidad: esto es mío, me es propio; esto soy yo, únicx, diferente, dueñx de mi disfrute, de mi gozo, de mis besos.

ATRAVESAR LO OSCURO SIN SUSTO
La Portland en Barrakesh

Elegí este lugar, ni siquiera loteado, de puro yuyo, que lo único que tiene enfrente es una callecita de tierra revuelta y toscas que termina en el río, porque quería despejarme. Despejarme y que la vida pasara sin sobresaltos, atravesar lo oscuro sin susto, como decíamos en el pueblo.

Hacer los trabajos que me dieran para vivir y listo. Y creo que elegí bien, porque al final, abandonar algo es llevarlo para siempre.